sábado, 5 de mayo de 2012

... principios


"Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal"
Kant. 

"Jane Eyre" (Charlotte Brönte, 1847) es, además de un clásico de la literatura inglesa, una novela de razones y principios universales. Impregnada de los ideales de la Ilustración, son tres aspectos los que a mi juicio destacan por encima de los demás. La educación, la autonomía individual y la razón.
Desde que conocemos a Jane Eyre con 10 años hasta que la dejamos con aproximadamente unos 25 se mantiene fiel a unos principios fundamentados en la universalidad, no en la individualidad. Es decir, son estos y no otros, los que te conducen por una vida justa y merecedora de la bondad de Dios, no sólo en la otra vida, sino también en ésta, lo que ya es un alivio. 
Jane Eyre es la viva imagen de que ser bueno y justo tiene una recompensa. Es el modelo de educación tradicional, es el cuento de la cigarra y la hormiga. Sin embargo, esto no tiene vigencia hoy día. Nuestra sociedad está desfasada, nos educan e inculcan un modelo de educación basado en la recompensa por ser buenos y justos en un mundo donde ser buenos y justos parece que ya no merece un premio, sino una colleja. No es "cool" ser una buena persona. Y por otro lado, ¿dónde fundamentas tus principios si ya no hay donde hacerlo? El individuo actual se encuentra en una encrucijada.

"Drive" (Nicolas Winding Renf, 2011) y "Shame" (Steve McQueen, 2011) nos muestran dos caras de esta encrucijada. "Shame" es la historia de un tipo que lo tiene todo y en tal cantidad que en realidad parece falso. De una primera parte en la que cualquier hombre o mujer sentiría envidia de Brandon pasamos a una segunda parte en la que cualquiera siente pena por él. Mostrándonos a un ser perdido y atormentado, arrepentido por haberse desviado del buen camino. Llenando con sexo el vacío de su vida, de manera que la brecha que separa sus principios de la realidad se abre más y más, hasta el precipicio.
"Drive" al igual que "Shame" parte del individualismo, reafirmando la condición posmoderna de que en esta sociedad estamos solos, solos como la una. Pero el protagonista, al contrario que Brandon, si encaja sus principios con la realidad, sin embargo, estos no son universales, ni él aspira a que lo sean. Son sólo son suyos, es individualista, siendo él mismo su único juez. Obra por sí mismo y para sí mismo.
Si Jane Eyre es una heroína por conducir su persona por el camino de la virtud dando ejemplo a la humanidad, "Driver" es el anti-héroe. 

Somos hijos de la posmodernidad, la época dónde los grandes relatos han perdido su vigencia (Lyotard) y quizás el siglo XXI, a pesar de todas sus películas de superhéroes y vengadores, puede que no esté preparado para otra Jane Eyre.