viernes, 21 de septiembre de 2012

juventud...


 "Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer..."
Rubén Darío 
 
Cuando decidí volver a escribir en el blog pensé que lo mejor era cambiarlo por completo. Pensé que ya no era momento de tener un blog tan personal, que sería bueno hacer algo menos "subjetivo" que pudiera despertar el interés general. Así, empecé escribiendo entradas sobre libros o películas que estaba leyendo o había visto recientemente y decidí emparejarlos de manera que en realidad los tomase como pretexto de un tema concreto.
Y aunque la fórmula me gusta, hay veces, como hoy, que me resulta imposible reprimir las ganas de escribir una entrada sobre esta situación de mierda en la que nos encontramos. Quizás porque no he sido capaz de hallar ni libro ni película que refleje la situación actual de desconsuelo en la que muchos jóvenes españoles estamos. Por no encontrar, a veces no encuentras ni apoyo

Hace dos años leí ¡Indignáos! de Stéphane Hessel y no encontré nada en ese libro que me despertara una conciencia de nada. He encontrado más motivos para indignarme, rebelarme y luchar en los libros de Thoreau o de Capote que en ese libro, que, sin quitarle mérito, me parece tan soso que la mera relación con el 15-M se me antoja difusa y extraña. Aunque viendo en qué ha quedado el 15-M quizás tienen más relación de la que yo pensaba. El 15-M, fenómeno popular que tiene su base en el hartazgo de la sociedad española que sale a la calle y ejerce su derecho a protestar y que tras 6 meses acaba en un recuerdo de lo que pudo ser y no fue. Como mayo del 68. Quizás cuando pasen 10 años sirva como tema de alguna exposición de fotografía o algún ensayo literario. Ya veréis...
No sé vosotros, pero yo no veo preocupación en los políticos de nuestro país por el paro juvenil, no los veo lamentarse y preguntar cómo hemos llegado a esto, cómo un país puede tener la mitad de los jóvenes entre 18 y 30 años en paro, cómo puede haber personas con estudios universitarios sin trabajo y cómo podemos permitir que una generación entera vague sin dirección, exista sin más. A eso nos vemos reducidos, a la mera existencia y casi tenemos que dar las gracias. 
Algunos no tenemos paro, otros teniendo derecho no lo disfrutan porque tienen padres que pueden mantenerlos, otros van de bar en bar dejando curriculums y les dicen que no son los primeros licenciados que han llegado buscando trabajo, otros discuten con sus padres porque se niegan a aceptar cualquier trabajo, porque ellos no han estudiado una o dos carreras para acabar fregando platos o haciendo pizzas. Y que se moleste quien quiera, no, yo no he ido a la universidad para acabar así. Aunque posiblemente, acabe así, haciendo pizzas, repartiendo publicidad, friendo patatas, dando clases particulares o limpiando suelos y teniendo, además, que sentirme afortunada por tener un trabajo. Y eso es triste, es muy triste.

Y lo más triste de todo es pararte a pensar en cuando eras pequeño, hacer un ejercicio de memoria y recordar las veces en las que te dijiste a tí mismo que estudiar era la única opción, que sólo hay recompensa para quien hace bien las cosas, recordar las veces que oíste lo difícil que era en tiempos de tus abuelos estudiar una carrera, ser consciente de lo duro que lo tuvieron tus padres, recordar a tu abuela decirte " tú vales mucho" y creértelo y pensar "me voy a comer el mundo". Y no. Nada de eso. 
Acto seguido, arrepentirte de todas y cada una de las decisiones que te empujaron a estudiar esa carrera o una carrera en general. Pensar, ¿Por qué no habré estudiado una FP? Hacer un ejercicio de conciencia y examinar cuanta culpa tienes tú mismo de la situación en la que estás y finalmente, darte cuenta de que no eres el único pero que aunque la culpa no sea nuestra, nos vamos a comer la mierda solitos. Nadie se preocupa de nosotros. Molestamos en las estadísticas, molestamos al gobierno y molestamos a nuestros padres. Llegado a este punto, nos venden como solución el extranjero y hablas con cualquiera en tu misma situación y lo único que oyes es "cuánto daño ha hecho españoles por el mundo". Te preguntas si la solución está en el exilio y aunque sabes que no, llegas a la misma conclusión. Sobramos

"Side with the seeds"  Wilco